La asociación estatal Europa Laica ha entregado en el registro del Congreso de los Diputados 25.000 firmas reclamando la separación efectiva Iglesias-Estado. En concreto, los firmantes presentan las siguientes demandas:
- La eliminación de la financiación de las iglesias con dinero público.
- La exclusión de la enseñanza de la religión confesional en la escuela.
- La derogación de los Acuerdos de 1976 y 1979 entre el Estado Español y la Santa Sede, así como de la Ley de Libertad Religiosa de 1980.
- La elaboración de una ley orgánica que desarrolle el derecho a la libertad de conciencia.
Además, se manifiestan contrarios a la presencia de capellanes en prisiones, hospitales y las fuerzas armadas, a la ordenación de las enseñanzas de religión en los centros escolares públicos y a la financiación de «catequistas» para tal fin, a la presencia de símbolos religiosos en centros escolares y otros lugares que dependan de las Administraciones Públicas, a la asistencia de autoridades a actos confesionales como representantes del Estado o sus Administraciones, y a la existencia de un Código Penal que sancionaría discriminatoriamente los delitos contra los sentimientos religiosos, frente a los de pensamiento o convicciones (artículos 522 a 525).
Como poco, estas demandas de corte laicista son discutibles. La razón es que parten de premisas erróneas o directamente falsas, obvian la existencia o la importancia de ciertos derechos fundamentales, o desconocen su verdadero alcance, y manifiesta una interpretación incorrecta de la aconfesionalidad que se proclama en nuestra Constitución.
Se trataría ahora de señalar dónde radican esos prejuicios, errores u olvidos.
- La eliminación de la financiación de las iglesias con dinero público.
- La exclusión de la enseñanza de la religión confesional en la escuela.
- La derogación de los Acuerdos de 1976 y 1979 entre el Estado Español y la Santa Sede, así como de la Ley de Libertad Religiosa de 1980.
- La elaboración de una ley orgánica que desarrolle el derecho a la libertad de conciencia.
Además, se manifiestan contrarios a la presencia de capellanes en prisiones, hospitales y las fuerzas armadas, a la ordenación de las enseñanzas de religión en los centros escolares públicos y a la financiación de «catequistas» para tal fin, a la presencia de símbolos religiosos en centros escolares y otros lugares que dependan de las Administraciones Públicas, a la asistencia de autoridades a actos confesionales como representantes del Estado o sus Administraciones, y a la existencia de un Código Penal que sancionaría discriminatoriamente los delitos contra los sentimientos religiosos, frente a los de pensamiento o convicciones (artículos 522 a 525).
Como poco, estas demandas de corte laicista son discutibles. La razón es que parten de premisas erróneas o directamente falsas, obvian la existencia o la importancia de ciertos derechos fundamentales, o desconocen su verdadero alcance, y manifiesta una interpretación incorrecta de la aconfesionalidad que se proclama en nuestra Constitución.
Se trataría ahora de señalar dónde radican esos prejuicios, errores u olvidos.
4 comentarios:
No sólo son discutibles; además son cobardes. ¿A que no tienen razones para pedir la supresión de todas las vacaciones de Navidad, Semana Santa y Fiestas Patronales?
Es lo que pasa con el liberalismo mal entendido: que confunde el culo con las siete témporas.
jo....qué tropa
Pues yo comparto la idea de separación Iglesia-Escuela, creo que para enseñar religión ya está la familia y la catequesis y además no existe ninguna buena alternativa para los que no quieren cursarla; Por lo demás me es indiferente las otras cuestiones, creo que deben respetarse los pactos al ser la mayoria de la población cristiana (o al menos asi se describen)y además tengo entendido que el Estado no financia a la iglesia sino que son los contribuyentes (de eso no estoy tan segura)
Yo soy de la opinión de que estudie religión quien quiera. Estaría mal también suprimir las religiones totalmente de las escuelas. Pueden ser entendidas como complemento a las asignaturas de ética o filosofía ya que también son importantes para enseñar valores de la cultura de la sociedad en que se vaya a desarrollar esa persona.
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