lunes, 30 de marzo de 2009

Proselitismo prohibido en Marruecos


El Reino de Marruecos ha expulsado a cinco misioneras evangélicas, acusadas de hacer un proselitismo ilícito que las autoridades han calificado como “propaganda evangélica”. Al parecer, en el momento de su detención estaban reunidas con algunos ciudadanos marroquíes, que es lo mismo que decir musulmanes, pues no se permite otra religión que el Islam a los nacionales de aquel país.

En el Islam no se permite la apostasía, esto es, el abandono de una fe, sea para abrazar otra o para desligarse de cualquier religión. Salvo que se trate de entrar en el Islam, en cuyo caso un cristiano, por ejemplo, tiene todas las facilidades para hacerse musulmán. Lógicamente, esto provoca que numerosos países islámicos prohíban el proselitismo que quieran realizar personas no islámicas en su territorio, pues supondría que sus ciudadanos se vieran tentados de cambiar el Islam por otras creencias.

Marruecos, como Argelia y otros, es uno de esos países que prohíbe el proselitismo, aunque se jacte de reconocer la libertad religiosa. Lo cierto es que el artículo 6 de la Constitución de Marruecos proclama que «el islam es la religión del Estado que garantiza a todos el libre ejercicio de los cultos». Sin embargo, la predicación a magrebíes es ilegal, por lo que cualquier acción encaminada a alejar a un musulmán de su religión puede ser condenada de 3 a 6 meses de cárcel, según el artículo 220 del Código Penal. Así, el culto no musulmán sólo está permitido a la población extranjera y en el caso de las prácticas religiosas cristianas, quedan limitadas exclusivamente a la actividad parroquial. Una libertad religiosa que no incluye la posibilidad de cambiar de religión no respeta lo dispuesto en el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

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