miércoles, 24 de febrero de 2010

El Consejo de Europa declara al TEDH incompetente para pronunciarse sobre los crucifijos



El Tribunal Europeo de Derechos Humanos es un órgano del Consejo de Europa. No es una institución comunitaria, sino una institución internacional en la que participan 47 países del continente europeo. Su misión es desarrollar una serie de principios comunes basándose en el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Los 47 países miembros del Consejo de Europa, reunidos en una Conferencia en Interlaken (Suiza) el pasado día 19 de febrero, acordaron una Declaración conjunta en la que se afirma que la Corte Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo no tiene competencia sobre asuntos relacionados a la salvaguarda de las tradiciones y culturas nacionales; y, por lo tanto, no puede prohibir que se coloquen crucifijos en las escuelas de Italia. Según la Comisión Europea la decisión de situar símbolos religiosos en los edificios públicos es una competencia exclusiva de los Estados miembros de la Unión Europea ya que no hay actualmente en vigor ninguna legislación comunitaria al respecto. La nueva política limita las decisiones del Tribunal por motivos de tradición y cultura nacional de los países miembros de la Unión Europea.

Esta Declaración destaca el carácter subsidiario del mecanismo de control establecido por la Convención y en particular el papel fundamental que las autoridades nacionales, es decir, los gobiernos, los tribunales y parlamentos, deben desempeñar para garantizar y proteger los derechos humanos a nivel nacional.

Según Michele Cercone, portavoz europeo de Justicia, Libertad y Seguridad, “la presencia de símbolos religiosos en edificios públicos está regulada por el principio de subsidiaridad. Es una competencia de los Estados miembros, un aspecto no cubierto por ninguna legislación comunitaria actualmente en vigor”. La propia Conferencia reitera la obligación de los Estados Partes de garantizar que los derechos y libertades enunciados en la Convención estén plenamente garantizados en el plano nacional, y pide un refuerzo del principio de subsidiariedad.

Según el Ministro de Relaciones Exteriores lituano, Maris Riekstins, las sentencias de la Corte Europea debería ser “claras, precisas, no ambiguas y comprensibles para todas las partes”, lo que no ha sucedido en el caso de la “presencia del crucifijo en las escuelas”.

Carmelo Mifsu Bonnici, Ministro de la justicia de Malta, opina que el Tribunal no conoce suficientemente las características e identidades culturales de los Estados miembros.

En el texto de la Declaración de Interlaken se invita al Tribunal Europeo a “aplicar de manera uniforme y rigurosa” los criterios concernientes a su competencia y subraya la importancia de garantizar la claridad y coherencia de su Jurisprudencia, pidiendo en particular, una aplicación uniforme y rigurosa de los criterios relativos a la admisibilidad y competencia de la Corte.



(Autora: Cristina I. Ortega Martos)

domingo, 7 de febrero de 2010

Religión y orden público


El escritor británico Paul Johnson, en su obra «Estados Unidos: La historia», al hacer una balance de la evolución de los índices de delincuencia en aquel país y los esfuerzos policiales de los últimos años, hace una interesante reflexión que incluye a la religión y la postura secularizante del Estado moderno:

«Pero, aunque una policía más eficaz, instigada por factores demográficos subyacentes, como una elevación de la edad promedio de la población, hizo mucho por resolver el problema, la mayoría de los estudios sostienen que un avance radical en el nivel del delito en Estados Unidos dependería del regreso a una cultura más religiosa o moralista. Los historiadores siempre han percibido que la religión organizada ha resultado ser la mejor forma de control social en las sociedades occidentales.

»A la luz de esta conclusión, es probable que los historiadores del futuro sientan extrañeza ante el hecho de que, durante la segunda mitad del siglo XX, mientras el pecado público, o el delito, crecía a gran velocidad, las autoridades del Estado, y, notablemente, los tribunales –en especial la Corte Suprema– hicieron todo lo que pudieron para reducir el papel de la religión en los asuntos de Estado, particularmente en la educación de los jóvenes, cuando declararon que los rezos escolares eran ilegales y anticonstitucionales y cuando prohibieron hasta los símbolos religiosos como los árboles de Navidad y las representaciones teatrales navideñas dentro de las escuelas.

»Mientras que en Europa, muchas veces, casi habitualmente, se consideraba que el fervor y las prácticas religiosas eran una amenaza a la libertad, en Estados Unidos se las veía como un fundamento de ésta. En Europa, la religión se presentaba, al menos por parte de la mayoría de los intelectuales, como un obstáculo al “progreso”: en Estados Unidos, como una de sus dinámicas.

»Desde los sesenta, esta enorme e importante diferencia entre Europa y Estados Unidos se volvió borrosa, quizá con vistas a desaparecer totalmente. Era una de las maneras en que Estados Unidos estaba perdiendo su unicidad y dejando de ser la “ciudad de la colina”. Por primera vez en la historia norteamericana surgió la tendencia, especialmente extendida entre los intelectuales, de que las personas religiosas eran enemigas de la libertad y de la elección democrática. Otra tendencia entre la misma gente consistía en presentar las creencias religiosas de cualquier clase que se practicaran con celo como “fundamentalismo”, un término del que se ha abusado universalmente»

miércoles, 3 de febrero de 2010

El heavy metal quiere ser reconocido como religión


El heavy metal, traducido en español como «metal pesado», es un género musical en el que su base inicial desciende del rock and roll que mezcla con elementos del blues y de la música clásica. Nació en los años 70, las primeras bandas que promovieron este estilo fueron Led Zeppelin y Deep Purple, aunque muchos piensan que el verdadero origen del heavy metal está en la banda Black Sabbath, considerada hoy día como Doom Metal.

La música es un arte y como tal está íntimamente ligado a la cultura. La mayor parte de los géneros musicales se identifican con ciertos estilos de vida y con imágenes concretas que pueden influyen en la ropa, los peinados y en la forma de vivir. Este género de musical, según se dice, es una de las culturas más arraigadas entre sus fieles seguidores.

Por estos motivos, el cantante del grupo metal
Saxon, Biff Byford, se ha aliado con la revista inglesa ‘Metal Hammer’ para llevar a cabo una campaña en el Reino Unido para que el rock duro sea reconocido oficialmente como una religión, idea nació en un pub, según explicó en su momento Alexander Milas, director de la revista. Los autores de la iniciativa quieren que los seguidores de este tipo de música escriban "heavy metal" en el apartado del censo en el que los ciudadanos británicos son cuestionados acerca de su confesión religiosa. Byford ha sido propuesto por la revista como “embajador para la paz del heavy mundial” si la campaña finalmente tiene éxito.

Hace nueve años, la religión “jedi”, de Star Wars, se convirtió en una creencia de importancia en el país, junto al cristianismo, el Islam y el hinduismo, con más de 400.000 personas.

Este es el objetivo que quieren conseguir con el heavy metal, una idea que ha sido promovida a través de una página en Facebook. Uno de sus mandamientos es “todo a más volumen que el resto” y la única condición para formar parte de la ideología es escuchar heavy metal.


(Autora: Cristina I. Ortega Martos)